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Ansiedad

La ansiedad y el miedo son respuestas naturales y esperables en circunstancias en las que percibimos o anticipamos algún tipo de “amenaza”. Sin embargo, estas respuestas pueden volverse desproporcionadas respecto a las amenazas percibidas, tanto en frecuencia como en intensidad, interfiriendo en nuestro desempeño diario.


Cuando nuestra ansiedad se vuelve desproporcionada e interfiriente puede acabar pareciéndose a una alarma que se ha averiado y se ha vuelto demasiado sensible, activándose incluso en situaciones en donde no hay un peligro real. En estas situaciones sobreestimamos la probabilidad con la que ciertos eventos que tememos o nos preocupan podrían suceder, llevándonos a experimentar sensaciones muy desagradables, pensar en lo peor posible y/o comportarnos de forma que tratamos de evitar cualquier posibilidad de experimentar malestar, aunque eso suponga dejar de lado situaciones y actividades importantes para nosotros.